Por Dante Torres, Director O3 Comunicaciones
En el marketing actual, ya no basta con tener una buena campaña. Necesitas dos. Una para personas y otra para máquinas. Y si no lo estás haciendo, estás quedándote atrás.
No es exageración. Es realidad.
Por un lado, están los humanos: tus clientes, tu comunidad, tus seguidores. Buscan historias que los conmuevan, marcas que los representen, experiencias que los conecten. Quieren sentir que detrás de cada mensaje hay una persona real, con valores y propósito.
Por otro lado, están las máquinas: algoritmos de redes sociales, motores de búsqueda, sistemas de recomendación. No sienten, pero deciden qué contenido mostrar, a quién y cuándo. Si no optimizas para ellos, tu mensaje no llega. Según datos de HubSpot (2024), el 72% del tráfico digital es filtrado o priorizado por algoritmos antes de llegar a los usuarios finales.
Entonces, ¿cómo se construye una marca que hable ambos idiomas?
Primero, entendiendo que no son excluyentes. No se trata de elegir entre creatividad y datos, entre emoción y optimización. Se trata de integrarlos. Las marcas más exitosas del mundo, como Nike, Apple o Netflix, han perfeccionado este arte: cuentan historias memorables, pero también dominan el SEO, el análisis de datos y la personalización algorítmica.
En O3, lo hacemos así: creamos contenido que toca el corazón de las personas y, al mismo tiempo, está diseñado para ser encontrado, compartido y recomendado por las plataformas. Usamos insights para contar historias auténticas que resuenen tanto en el feed de un usuario como en el algoritmo de una red social.
Estrategias prácticas para lograrlo
- Storytelling con propósito: Las historias humanas siguen siendo el motor de la conexión emocional. Pero deben estar estructuradas con palabras clave, formatos y llamadas a la acción que los algoritmos reconozcan.
- Optimización sin perder esencia: El SEO y el análisis de tendencias no son enemigos de la creatividad. Son aliados para amplificar el mensaje.
- Medición y adaptación: Analiza el rendimiento, ajusta el tono, experimenta con formatos. La flexibilidad es clave en un entorno donde los algoritmos cambian constantemente.
Porque al final, una marca que solo emociona pero no se encuentra, se pierde. Y una que solo se encuentra pero no emociona, se olvida. La clave está en construir puentes: entre la autenticidad y la visibilidad, entre el corazón y el dato, entre la historia y el algoritmo.
Las marcas que logran este equilibrio no solo sobreviven: lideran.
¿Estás listo para construir la tuya?