[Opinión] El sistema de pensiones no es un “impuesto por ser hombre”

Señor Director:

La carta publicada el lunes 20 de enero en El Mercurio sobre el “impuesto por ser hombre” omite dimensiones fundamentales de la estructura social de nuestro país. Silvia Federici ya lo señaló: el trabajo no remunerado, mayoritariamente realizado por mujeres, ha sido sistemáticamente invisibilizado y desvalorizado, no sólo por sectores de derecha, sino que incluso por el mismo Marx.

El sistema de pensiones no es un “impuesto por ser hombre”, sino un reflejo de cómo las sociedades organizan las vidas laborales y reproductivas en función de roles de género. Las mujeres enfrentan múltiples barreras económicas debido a su trabajo no remunerado en el hogar, el cuidado de hijos y familiares, y la precariedad de muchos empleos asalariados. Este trabajo, esencial para la reproducción de la sociedad y la fuerza laboral, no es reconocido ni compensado económicamente. Como consecuencia, las mujeres no “disfrutan” de pensiones más tempranas ni de vidas más largas; por el contrario, enfrentan mayores tasas de pobreza en la vejez debido a sus lagunas previsionales y sufren un deterioro físico y emocional por la carga de cuidado que históricamente han asumido.

Por lo tanto, me permito explicarle al autor de esa carta que usted no trabaja para pagar pensiones a las mujeres. Más bien, lo hace porque el sistema capitalista lo ha explotado y asignado el rol de proveedor, mientras que, a nosotras, las mujeres, se nos ha impuesto la tarea de producir y sostener esta sociedad. Esto incluye criar a los mismos trabajadores que hoy sostienen el sistema, ya que, si algo es claro, es que todos nacemos de una madre. Sin embargo, nuestro aporte ha sido tradicionalmente invisibilizado.

Llamar “justicia” a un debate que ignora estas dinámicas estructurales es adoptar una visión limitada, sesgada por la incapacidad de comprender el mundo en su complejidad. Si aspiramos a un modelo verdaderamente justo, debemos reconocer y redistribuir el valor del trabajo reproductivo, así como enfrentar las desigualdades generadas por los sistemas laborales y previsionales actuales.

Atentamente,
Carla Flores Figueroa
Profesora Asociada de la Universidad Santo Tomás